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No aclares que oscurece


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1º de enero de 2011.

Hotel Cuatro Plazas

Casilda

No aclares que oscurece

Reza el dicho, pero, ¿qué otra cosa desea un astrónomo de vocación?

El jueves 30 nos reunimos en La Estrella, Bigand, unos cuantos acólitos a los talleres de ajedréz y astronomía de la Secretaría de Cultura de la Comuna de Bigand. La invitación era abierta a los amigos de los foros y muchos llamaron o meliaron para agradecer y estar con nosotros, para estimular el hacer futuro. A todos, gracias.

Hace unos años siento la necesidad de nombrar como un modo de asir las cosas, sean estas materiales (Pionero, Lumbre, etc.) o intelectuales y sentimentales (una noche observacional, un proyecto). No he leído lo suficiente para comprender a qué fenómeno psicológico eso se debe, por el momento me basta con hacerlo. Así, he contado y contaré nombrando, mal que nos pese.

Llegué a La Estrella con Kéchatitache (mi kangoo, tipo espectral G2, 5x10 a la -9 años luz reales) atestada de instrumentos ópticos, tableros de ajedrez, notebuc, pulóveres, offs, cámaras, y muchas, muchas ganas de seguir siendo feliz rodeado de pupilas aviesas y de luces lejanas.

El predio ardía, pues –me aclararon- los dirigentes habían equivocado los turnos, de suerte tal que compartíamos la estada con una despedida de año de los productores zonales. Lejos de incomodarnos, enseguida advertí que, con su holgada algarabía, nos enseñarían a trabajar como verdaderos PAEs (perfecto astrónomo estoico) en concurso con sus luces y sus músicas, con sus autos y sus niños, fuertes, inquietos, bien curiositos… En fin, en la inteligencia del hombre radica la astucia de lograr que todo bondi lo deje a uno bien rumbeado.

Mis chicos llegaron a las 20 sobre remises gratuitos y David –el secretario de Cultura- estuvo con nosotros hasta las 22 pues tenía otros quehaceres. Este amigo es de fierro, es antropólogo y es modesto. Acaso la última sea la cualidad más difícil de lograr, y del modo que lo mires es una gran persona. Traía su cámara, sus escasos kilos y su sonrisa.

Empezamos la tarde con unas cuantas tenidas sobre los tableros. Hay más de un rufián allí que intenta hace tiempo apuntarse un triunfo frente al profe, pero este no deja de desalentarles a puro jaque mates. Pronto me convencieron los más inquietos de soltar una pelota: los chicos le dieron duro al voley bajo el Ombú.

El ombú de La Estrella es cosa que atrae y seduce a todos. Es inmenso y de algún modo nos comunica con su callada presencia ese parentesco del que habla C. Sagan en Cosmos, y que a mí siempre me ha shokeado. Atesora setenta pirulos y muchas historias. Fue plantado el 1º de Agosto de 1940 por Adelio Montanari, portero de la escuela fiscal que allí dictó clases a la pibada de la colonia.

El susodicho empleado cavó su pozo y plantó esta fenomenal gramínea, el mismísimo día en que nacía su hijo Héctor, actual dueño de una gran tienda del pueblo -sita en las antípodas a la esquina astronómica de la plaza. El inmenso arbusto, nacido con la misma estrella de Héctor, tiende su sombra en el tiempo, así como el héroe de la Enéida sembró su estirpe sobre la península itálica, de la cual precisamente llegaron los Montanari.

En fin, cosas del tiempo y de los hombres en el tiempo. Por lo pronto, me he abocado a la confección de su carta natal para dilucidar, de una vez por todas, si el hado señorea o no sobre los mortales. Y aquí regreso a la noche del 30. Del 30 de diciembre de 2010, of course.

David nos ayudó con el desempaque, capturando nuestros esfuerzos en instantáneas que posteo al blog. También los chicos le metieron el lomo al armado, bajo la atenta mirada del Cerbero que narra. Toda vez que Lumbrecita estuvo presto, los voraces niños del taller se lo llevaron al abra entre los plátanos. La misma cancha que albergó a amigos astrónomos de La pampa, Capital Federal, Olavarría, Rafaela, San Nicolás, Rosario, el pasado 6 de noviembre, hoy recibía a estos potenciales Besseles y Messieres de mi pueblo. Tuve que apurar las manos para dar vida a Pionero, a Corchito y, por fin, y por 1º vez en La Estrella…ta-ta-ta-tan…. a Lumbre Pura! Guau! Los chicos hurgaban alrededor como chanchitos a por sus tetas. Querían mamar la luz que estas tetinas cósmicas succionarían al cielo, a la gran galactos, la madre noche.

Uff, allá se fueron. En tres palabras aprendieron a manejar la declinación y la AR: Andrés con Lumbrecita tras la estela joviana, Santo (el famoso santo de la senda del Choike) con Corchito en pos de Orión, y Gianfranco con Pionero, a lo que se cruce.

Llegaron los papás con más niños, llega Verito y Aymará, llega JM y los ángeles de Joe y sobre las 2230 alcanzamos la cifra messier del cluster que dista 10º de Kaus borealis -por favor, toleren este modo críptico, pero estamos hablando de tesoros, de gemas ocultas, y desde Poe a Stevenson, pasando por nuestro Soriano (La Hora sin Sombra), todos narraron la ubicación de sus tesoros en clave-. Por otra parte, curioso número el que formamos, adivinen quién no dejaba de jugarle un manguito a la quiniela… parece cosa de mandinga, che.

A los choris con juguito: una mesa para los chicos y una para los vejetes. De a poco conozco a los papás y mamás, son personas amables e interesadas por el desarrollo y el acompañamiento de sus vástagos. En una salida con la bandeja pispeo hacia los teles y ¡HORROR! algunos productores se han apoderado de ellos!!!!! Corro asustado, veo manos inexpertas empujando, moviendo, tocando!!! Por un momento creí que moría. Guau, tuve un segundo para componer la voz y pedir con mucho sigilo que volviesen a sus mesas, que ya luego, cuando nosotros volviéramos de cenar, podrían acercarse, que por favor no dejaran a sus crías tocar los teles, ayyyyyyyyy. Acaso vengaban ellos las veces en que el común sortea un alambre y corta un choclo, pero justo conmigo, que jamás lo he hecho…creo.

Bueh, una prueba más del cielo sorteada con éxito.

Los chicos pronto están ahítos y volvemos a la palestra en el momento en que aparcan mi madre y mi hermano Juan. Con mi hermano Juan Pablo también siento empatía. Trabaja de bañero y organiza eventos deportivos espectaculares, triatlones y bicicleteadas bajo la luna. Es alto y es apuesto aunque su perfil no es griego. A veces discutimos, es como si algo pulsara muy escondido, debe de pasar en la sangre. Pero somos amigos, siempre está, igual que Vero –casi como Vero-.

Mi madre es otra cosa. Hizo mal mi padre en dejarla, en dejarnos; el cigarro debió dejar a tiempo, ese malandra. Se lo llevó puesto, en dos meses. Ni tiempo a decir chau viejo me dio. Mi madre ha sido, como mi abuela y Vero, como mis tres hij@s ahora, docente. También mi abuelo daba clases de Biología aunque él sólo era médico. Todos en el pueblo nos dicen los hijos de Kiki, los nietos de Berraz, pero es otra historia.

Es lo bueno de los pueblos, las historias.

Las once y pico y el brazo al tocar el cenit. Paseo generacional startin por M42 y su precoz trapezoide; las pléyades y luego Hyades, Almilan, sus cúmulos y Mintaka. Por fin las vejetes Alde y Betel. Pero entonces una señora me malinterpreta y dice, apenas cuento que son estrellas viejas, todas las viejas perdemos brillo, sin reparar en que, justamente, Betel y Alde son muy brillantes. Una pena, elaboraré el discurso de otro modo para la próxima velada. No es cuestión de herir susceptibilidades con materia tan lejana. Aunque –pienso- lo que hiere nunca es lo lejano, sino la palabra o la remembranza, que sí son cercanas.

Pasado el chubasco nos concentramos en la Tarántula, Una región HII de formación estelar, bla, bla, bla, puro tecnicismo, se acabaron las metáforas, o… Miren qué lindo… uy, hermoso, esa cosa… ¿Hay un conocimiento que deba ser guardado? ¿Esto explica a los pitagóricos? No, el saber me gusta más en Descartes, una moneda que corre de mano en mano (Yourcenar utilizó un denario para narrar la suerte de sus personajes; y Borges otro para dar forma a una obsesión o a la locura, el Zahir).

A las doce y media se van los pibes, con el remisero que se ha quedado en la otra fiesta, y que ha venido también a ver un poco. Ahora se muestra que todo puede ser para bien. Se da un recambio en los observers. Vienen parejitas de tórtolos a observar si acaso allá arriba hay algo tan lindo como su amor. Llegan Mati y Anahí. Anahí estudia agronomía y se superengancha, tal vez la tengamos en el taller el next year (this year¡¡¡) y Mati es de Bombal y me deja su cel para que le avise del próximo CPL (campamento para lunáticos). Prometido. No dejan de mimarse así que, como soy zorro viejo, les llevo a Corchito a un aparte, bajo los plátanos que dan al sur. Les hablo de la cruz como manecilla, les cuento o les invento que el hombre creó un dia de 24 hs y una geometría de 360º a partir del cielo. Son facultativos y la cazan al toque. Son jóvenes y se abrazan al toque. Los admiro y los dejo al toque.

Vuelvo con los chicos que persisten con sus padres, con mi gran joven amigo Juan Manuel, con Juan Pablo Brother, con Vero Sister y Kiki Mother, con tanta otra gente que se arrima desde la despedida productora. Quiero contagiarlos y para tal fin tengo un recurso provisto -el mismísimo 24- por mi óptica storage*, por mi nuevo amigo celeste, el Roger Elena: un ocular de 40mm¡¡¡¡¡ Guau, amigos¡¡¡ Le calzo el 40mm a Lumbre pura y le doy duro a los cúmulos abiertos. Se ven enteritos¡¡¡¡ La gente delira, profanos e iniciados. JM y los ángeles de Joe -Elina e Ilusión- le arriman el ojo y exclaman sin pudores. JM y yo somos iguales en eso, en expresarnos en demasía (aunque Moni dice que sólo somos dos chicos). Es que compartimos demasiados gustos: el cine, la astronomía, la literatura, las reuniones para divagar, los juguetes y los dibu, el banco de quinto grado... No, no. Sucede que JM tiene veinte años menos, pero ese es mi destino, hacer amigos más grandes o hacer amigos jóvenes. Recién ahora, con estas reuniones y los post, conozco gente de mi edad que delira en una misma frecuencia.

Enfocamos 47 tucán y es una locura. Enfocamos la tarántula y es otra locura. Enfocamos eta Carina y se me para el corazón. Repito un mil veces cuanto me gusta esta zona, y que bien sé no es para tanto; entonces es una de las chicas la que sentencia: estás enamorado.

Será. Dos amores en mi vida.

Vero y Aymará han armado muy temprano su H70700al. Las escucho hablar de usted y me acerco. Sirio le han puesto. Guau. Sirio. Es que ese hokenn es plateado y sí, da bien el nombre (a propósito, me acaba de esemesiar Vero que anoche recibió el año abrazada a Orión, y que entre las estrellas se le colaban los fuegos artificiales. Que fue fabuloso, me dijo. Uff).

De repente me acuerdo del alfabeto y nos corremos con lumbre hacia los tórtolos del corchito. Es que imagino a omega ya visible y le damos duro sobre el alambre de puas que nos veda el desierto verde de la soja lindera. Dios mío. Le observamos con el 40 mm y pasma. Le pongo un 25mm y hay que sostenerse de alguien porque te caes de espalda como los dibujos de Isidorito o Patoruzú. Puff. Of course que los binos pasan de hand en hand de modo que observamos cada objeto con diversa óptica. Hablo de ese esfuerzo por hallar cometas de Messier que desembocó en su catálogo. JM es una luz porque me tiene de amigo y exclama: el 1º objeto se llama M1 y el 2º objeto se llama M2!!! Estoy tan contento por su revelación que lo alzo en vilo y ya estoy pensando en regalarle una copia del susodicho almagesto. Así, comenzamos una letanía de objetos messier que acaba en dislates como M.Paz (luminosidad intensa sobre el horizonte NNE, a unos veinte kilómetros escasos según estima de paralaje), y M Ugueta, (sito este objeto sobre el SE de La Estrella). Todos lamentamos que M Elincué no sea visible sin un teles mayor. El vulgo conoce estos raros objetos nuevos como Máximo Paz, Mugueta y Melincue y los mismos figuran en cualquier M apita de M orondanga.

La hora perdió sentido. Abandonamos los míseros relojes y empezamos a medir el tiempo con la manecilla de la cruz. Había pronosticado su ubicación para la Una de la matina; así pudieron todos comprobar la oculta geometría del cielo. A partir de allí pregunté sobre las dos, y luego a las tres, y siempre acertaron. Con nosotros los suizos no harán negocio, amigos.

La fiesta productora no languidecía y como James Dean en Rebeldes sin causa era cuestión de probar quién aguantaba más antes de tirar de la manija y bajarse del bólido de la noche. De hecho, sabíamos que, al fin de la carrera, solo nos esperaba el acantilado del alba. Pero aguantar tuvo sus momentos duros. Es que para animar a aquellos espíritus laicos, habían contratado un conjunto que interpeló versiones de folklor y melódica por igual. Guau. Sólo puedo comparar ese momento con los minutos que anoche mediaron entre la 0 hora y el agotar los recursos de pólvora.

Antes de irse, mi madre se acerca con una señora de lento andar, con respeto por su ayer. Quiere mirar estrellas pues nunca lo ha hecho por un telescopio. Okay, Lumbre para ella. Le pongo un cúmulo bonito, apenas al sur de mi Carina, con el fácil ocular de 40. La señora mayor mira y dice, nunca había visto eso…

Sincera, la señora.

Pero la vida tiene sus vueltas. Ayer por la tarde hablo con Chito sobre el Ombú, le pido los datos que vertí arriba y me dice, Gracias, Sergio, por atender a mi madre y mostrarle esas estrellas, quedó enloquecida de placer. Chito es uno de los directivos de La Estrella…

Otros amigos se acercan de otros pueblos; Daniel, grandote, con barba, callado pero ávido como nosotros. Le digo, vayamos a tu pueblo, este circo no es caro. Sí, me dice, vamos a ver. Luego un joven ingeniero, con su novia o su esposa, no puedo asegurarlo. Sólo vi que era guapa, en lo oscuro no tuve más datos. A propósito, ese muchacho me explicó el concepto de masa, hace un tiempo.

Al fin triunfamos. La despedida bis agota sus fuerzas y vemos a los cooperadores y a los directivos ponerse a limpiar todo. Nosotros, en nuestra plaza del cielo, no basuras. Clarito le dije a los chicos y a los grandes, guay que vea un papel en el suelo. Como siempre, cumplieron.

Al fin escucho las voces que del pueblo se alzan clamando por planetas. Veo la masa enardecida y decido ceder so pena de caer en la anarquía. Ya había dicho que sobre las tres invitaba a mi amigo Saturno. Lo que no preví, dios, fue que con Lumbre iba a cazar a Titán tan nítido, caracho!!! Hace tiempo sé que bien pagué por este monstruo. Al principio tuve dudas y, como Pedro, tres veces le negué. Pero sendas pruebas me dio el muchacho de su valía: primero fue 47 Tucán con Pionero y Lumbre al unísono. Esa noche razoné, por algo cuesta una luca más, che. Luego fue el turno de la arañita de la GNM; y anoche ese coloso. Uff. No más dudas, amigos. Seré la piedra sobre la cual se erija el templo a los 200/1000.

Ilusión y Elina no daban crédito a sus ojos; Juan Manuel ya había tenido el gusto un año atrás, en casa, con Pionero, pero lo que vio con Lumbre le cambió la cara. El anillo de saturno era una gema más de las muchas que admiramos esa madrugada. Un muchacho de la cooperadora miraba y no creía, a la usanza de los contemporáneos de Galileo (Ahora recuerdo también mi reacción ante 47 T en el Telescacho: 300/1200 el caserito de Entre Ríos).

Cómo puede uno estar tantas horas sin sentir cansancio? Sin aburrirse de esas luces? Fuimos a las cocinas a calentar agua para el mate y le dimos un toque a las sobritas. Guau. Comía otro batallón, che. No me vengan con que hay problemas en esta época. Son versos de Bubucela o ardides del cabezón Duhalde. Ahí hubo carne de la buena como para llenar un container y mandarlo a Europa, donde ahora Cavallo tendría trabajo seguro. Pobre Cavallo, me hizo acordar este off topic a cuando echó a los científicos a lavar los platos. Uff. Gracias al cielo corre otro viento y ahora están volviendo, esas mentes. Bien hecho, muchachos, este es su país, acá hay que sudarla, nosotros no tuvimos una universidad gratuita con el tiempo o la suerte para estudiar, no podemos hacerlo todo. Vengan y ayuden con su saber, caracho.

Se que muchos lo hacen. Gracias.

Era la hora de ver la luna. Daniel, el director de la estrella me grita, Sergio, viste la luna???¡¡¡¡ Uy, no. No la había visto embelesado con el sur. Roja, grande su silueta alzaba. En los teles la aberración sería atroz y yo no quería enfocarla; era mas mona a ojo limpio, nomás, o acaso los binos. Pero la afición gritaba Lum-bre, Lum-bre. Qué podía hacer, amigos, vean ese monstruo bicolor. Ajjjjjj. Daba grima pero ellos aplaudían entusiasmados. Puf. Acaso por eso un programa como el de Tinelli tiene raitin, por el no saber de los que observan. Cuando por fin expliqué el fenómeno, asintieron y queda para la próxima Plaza astronómica mostrar la verdadera sonrisa de Selene, sin los prusia y los carmines con que allí la maquillaba el horizonte.

Por fin, Venus estallando. Ya no quedaba nadie. Éramos cinco locos en la diana. A esta altura JM manejaba con soltura respetable a Pionero y enfocaba una estrellita apenas bajo la luna. Abrimos stellarium para ver qué onda, pues hace apenas un año que fatigo noches y que leo mapas y muchos nombres los ignoro (Roberto F, Sergio B, otros amigos que atentos postean sus impresiones: nadie se equivoque que es muy poco lo que sabo).

La última sorpresa fue a las cinco. JM y los ángeles de Joe se volvían conmigo a Casilda. Humm. Pensé: problemas con mi naifa se gu ro.

Acomodamos los teles como en un camión de reparto de ese brebaje negro que se usa en los talleres para aflojar tornillos -y que también se vende en bares- y JM se apoltronó en el mínimo espacio sobrante con la carpa plegada a modo de asiento. El resto de la gente adelante. Hummmmm. Problemas con mi naifa re con tra se gu ro.

¿Por qué el hombre es tan gil, amigos?

A las seis de la mañana estacioné la chata en el patio de mi humilde morada y me bajé como John Wayne hasta los brazos de Moni que allí esperaba.

Yo: Todo bien, todo genial, lástima que no viniste….

Ella: Aclarame, con quién viniste???

Cierro esta nota desde el patio del hotel en que me alojo desde el viernes 31 a las 8 y 20 de la mañana.

Por suerte las casillas de correo no deben cambiarse cuando uno es expulsado de la galaxia por una explosión de supernova de los celos, amig@s!!!!!

Feliz año para tod@s!!!!!!

Me muero de ganas de conocerles en persona.

Sergio Galarza.

Talleres de Ajedrez y Astronomía.

Bigand-Casilda

imágenes en el blog.

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